J Jesús Juárez Martín
El sábado, tarde
del 11 de julio 2015, día especial de violentas explosiones del Volcán de
Colima y de ceniza en forma copiosa a tal grado que el verde pasto en siete
kilómetros de radio del cono ígneo presentó una capa de abundante ceniza arrojada, modificó el
paisaje, menos claridad, cómo lo testimonian diversos mensajes de las redes
sociales que van de la información, hasta el alerta porque es inédita la
intensidad del activismo geológico; aunque consideró no llegará ahora, a
aquella lluvia de ceniza de poco más de un siglo en 1912.
Estoy seguro que
muchos de los habitantes de esta Ciudad Guzmán, en comunicaciones de familiares
y amigos, son interpelados con la situación actual del Volcán, cuestionado con
interés por el aprecio que tienen esas personas, nosotros ni un vistazo a las señales del semáforo sísmico
y de riesgos del volcán, informados por Protección Civil, nosotros desentendidos,
al margen de la situación, y es que hay un espacio de 18 a 20 kilómetros a Ciudad Guzmán lugar de nuestra
residencia y nos sentimos en zona de seguridad y confort habitual, cuando es
imprevisible lo que pueda suceder.
Dos realidades
han puesto en riesgo y flagelado a la población zapotlense históricamente, la
primera: los sismos frecuentes y documentados que la región Sur de Jalisco
sufre por la falla de San Andrés y que propiciaron en 1749 y en especial en 1806 los juramentos al
Casto Señor San José y lo hayan proclamado Protector de todas las calamidades con
las que la naturaleza puede sorprendernos. La segunda realidad de riesgo son las
erupciones siempre espectaculares que tienen como relevante la del 19 de enero
de hace 103 años y que las cenizas cubrieron la región Sur de Jalisco y Colima.
Ya en materia
veamos una recapitulación de sismos en el Siglo XIX. Aconteció el terremoto celebre de 1747 que originó la elección de Señor San
José como protector de este pueblo Zapotlán y un primer juramento. El día 22 de octubre de 1749 ante los daños
que dejó el temblor en turno, se unifica pueblo, autoridades virreinales y
eclesiásticas para firmar con protocolo el segundo juramento de Zapotlán,
ratificando el patrocinio de San José a perpetuidad y obligándose el pueblo y
las generaciones futuras a celebrar con solemnes Misa de Función cada 22 de
octubre para honrarlo. Práctica piadosa que origina las fiestas más importantes
de la región. Los años de 1771 y 1790 son ocasiones de luto y lágrimas, por los
efectos de sendos movimientos telúricos. Sin embargo de nuevo hubo la
confortación espiritual josefina en cada peligro y en cada suceso
geológico.
SIGLO XIX
El terremoto que más
víctimas ha cobrado es el del 25 marzo de 1806 a 59 años de la proclamación de
San José Protector, a 57 del solemne
juramento. Dos mil personas que asistían a la predicación misional en el
Sagrario fueron sorprendidas por el derrumbe de las ocho bóvedas del sacro
recinto, milagrosamente, el predicador después de dos absoluciones a las
víctimas que fueron atrapadas entre los escombros, pudo sobrevivir para dar
testimonio del funesto sismo… de la población humana.
La fidelidad a San José
estaba sellada desde hacía tiempo, volvió a renovarse el Juramento al Castísimo
Patriarca, el segundo protocolizado ofrecido al protector de Jesús. Los
temblores se sucedieron en los años 18, 47, 49 98, 99, según Don Esteban
Cibrián, historiador singular, para entender mejor la historia de Zapotlán.
SIGLO XX
El sismo ocurrido el 19 de
enero de 1900 fue registrado con todos sus detalles por el Observatorio Meteorológico
del Seminario de Ciudad Guzmán en tiempo del Pbro. Don Severo Díaz Galindo.
Durante ese año continuó la actividad sísmica, el 16 de mayo, 18 de julio, 21
de agosto y 7 de diciembre. La ciencia ya registra estos acontecimientos y
explica sus causas; la intercesión de Señor San José es reconocida por la fe de
este pueblo y es la esperanza de salvación.
Los temblores son frecuentes
sólo ejemplifico con algunos de los muchos registrados, por tener mayor
notoriedad o una consecuencia social, económica importante del Siglo XX.
El 4 de febrero de 1909,
después de fuerte detonación, una nube de materiales volcánicos brotó del
cráter hacia las alturas, algo semejante habrían de vivir los habitantes de la
región en mayo 1910. En junio de 1911 nuevamente otro temblor, dejó daños y
pérdidas humanas en una línea desde la calle Humbolt, la Catedral , calle Reforma,
el Santuario de Guadalupe y la colonia Occidental hasta el cementerio.
La erupción de 1912, se
mencionan con frecuencia, y por la ceniza acumulada en esta ciudad. Es la de
mayor relevancia, referente para todas erupciones, bástenos recordar las
imágenes de las principales calles de la ciudad y la altura de la ceniza en
banqueta y arroyo de las calles.
En 1941 el 15 de abril un
fuerte movimiento trepidatorio, daña la quinta parte de las casas de Zapotlán,
el Gobernador Lic. Silvano Barba González y el Presidente Manuel Ávila Camacho
dieron ayuda económica para damnificados. El 30 de enero de 1973, la psicosis
se repite, a Catedral se le cayeron las almenas, el Seminario se derrumbó sin
registrar muertes.
El 19 de septiembre de 1985
el día de luto porque el movimiento oscilotrepidatorio, dejó una estela de
muerte, derrumbes y daños en Ciudad Guzmán, desde entonces Catedral perdió sus
torres.
El día 9 de octubre de 1995,
otro susto mayúsculo nos tocó vivir en toda la población, felizmente, las
construcciones más resistentes, la preparación aunque deficiente, permitió la
evacuación de los centros educativos y habitaciones sin daños, no así la
circulación vial que recibió el impacto de zozobra, el pánico.
Finalmente menciono el sismo de enero que movilizó la ciudad el sábado 11 y
el de la madrugada del 29 de mayo que nos despertó del año de 1997, sin daños
materiales importantes ni muertes; la población siempre agradece la protección
del Santo Patrono y la misericordia de Dios.
Julio, mes de
verano, soleado, nublado; engañan sus mañanas, sorprenden sus atardeceres y sus
lluvias, siempre, frescas promesas de buen temporal, aunque nos perturben luego
tormentas tropicales, ciclones, o huracanes… y hasta erupciones volcánicas…
pero, seguros de poder comentarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario