Ricardo Sigala
Es muy frecuente encontrar en los libros que hablan
de Juan José Arreola en particular o de la cultura zapotlense en general
referencias ocasionales o directas a los Juegos Florales de Zapotlán el Grande.
Desde la década de los años cuarenta nos encontramos con escritores que le dan
renombre al certamen: El propio Juan José Arreola, Roberto Espinoza Guzmán,
Virginia Arreola, Félix Torres Milanés que en su momento lo ganaron; también se
habla de la calidad de sus jurados y de que en sus inicios se contó incluso con
la participación de poetas de la talla de Carlos Pellicer.
En nuestros días los Juegos
Florales de Zapotlán el Grande siguen vigentes a pesar de que en lo que se
refiere a la organización en ocasiones han titubeado considerablemente:
convocatorias tardías y con poca vigencia, disminución en el premio económico,
poca importancia dada a las ceremonias de premiación y en ocasiones hasta la
amenaza de no ser convocados. Afortunadamente el concurso de poesía más
importante de la región se ha mantenido y ha dado buenos frutos, ha cumplido
con la función de contribuir a la preservación de nuestra identidad literaria,
ha promovido la obra poética naciente y ha estimulado las trayectorias de
nuevos escritores. En el caso de los Juegos Florales de Zapotlán nos
encontramos que más allá de los tradicionales nombres de nuestras letras,
se han ido alzando nuevas generaciones
de escritores que ya conforman prolongadas carreras como el caso de Alfredo
Cortés y Martín Adalberto Sánchez Huerta; y entre los más jóvenes que están en
proceso de construir sus trayectorias y que han dado muestras de talento y
dedicación, entre los cuales se encuentran Lizeth Sevilla, Edgar Chávez y
Alejandro von Düben, entre otros.
El pasado 6 de octubre se
reunió el jurado calificador de los Juegos Florales de Zapotlán 2015, que
estuvo constituido por los poetas Edgar Chávez y Alejandro von-Düben, ganadores
de las dos ediciones anteriores, y Héctor Alfonso Rodríguez Aguilar, autor de
una biografía de Guillermo Jiménez. En su deliberación decidieron otorgar el
premio a Julio César Espíritu por su poema “Me sacaron los ojos para no verte”,
del cual destacaron “la originalidad en sus imágenes y sus recursos poéticos,
su humor y el ritmo que sostiene”. El poema muestra una de las rutas de
exploración que ha iniciado el poeta, el problema de la violencia y el
desencanto que agobia nuestros días, una poesía de corte social sin dejar de
lado el tono intimista. Julio César Espíritu ha realizado una búsqueda poética
más allá de su formación académica, es licenciado en Letras Hispánicas por el
CUSur, pues ha ahondado de forma personal en la obra de autores como Juan
Gelman, Antonio Gamoneda y Gonzalo Rojas, sólo por mencionar unos pocos;
también ha contribuido en su búsqueda su experiencia como compositor y cantante
de la banda de rock Madre Serpiente. En
2013 Espíritu ya había recibido una
mención especial en los XII Juegos Florales del Cupatitzio organizados en
Uruapan, Michoacán. Y el año pasado textos suyos fueron incluidos en el libro El viento y las palabras (Renovación poética
de Jalisco), y este año tres de sus poemas aparecen en el libro colectivo La tierra en que andamos (Letras en
resistencia).
El jurado del concurso decidió
entregar dos menciones honoríficas que correspondieron a Ángel Aurelio del Toro
por “Breve lapso de escritura (o presente de indicativo)” y a Paulina Velázquez
por su poema titulado “Vientre rocoso”. Ambos, son estudiantes de Letras
Hispánicas del CUSur, ambos forman parte
del taller literario Los náufragos de la palabra, ambos han aparecido con
frecuencia en las ternas de ganadores y menciones honoríficas de los concursos
literarios de la región en los últimos años, lo que habla de la calidad de su
obra y de su constancia en el trabajo creativo.
En esta ocasión los poemas
ganadores de los Juegos Florales de Zapotlán el Grande destilan un tono
particular, una escritura para nada afectada, portadores de una expresión
fuerte y conscientes de la dura
realidad; se trata de poemas escritos por una generación que ha visto al país
hundirse en una prolongada crisis laboral, de violencia, de desapariciones, de
corrupción y de impunidad, y especialmente de dirigentes que se solazan en su
ignorancia y prepotencia. Las nuevas generaciones están escribiendo la poesía
que su espíritu y su inteligencia les dicta.
La convocatoria anuncia que la
premiación se realizará el martes de 20 de octubre en las instalaciones de la
Casa de la Cultura, esperamos que en esta ocasión la ceremonia vaya más allá
del protocolo y le dé importancia a la literatura, y que los autores puedan
leer sus poemas en público.
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